viernes, 21 de noviembre de 2008

Desilusiones.....

Cada tanto uno se lleva una desilusión en la vida. Más temprano o más tarde, siente que lo han defraudado. Tras doce años de educación cristiana, donde nos enseñaron sobre ese hombre extraño que multiplicaba el pan y el vino que nos salvó, sobre esa virgen inmaculada que salvó a las mujeres del pecado de la carne. Sobre esas gotas de agua que al nacer nos echaron encima y nos lavaron el pecado horrendo que nuestros padres cometieron para traernos al mundo. Con el tiempo uno ve a aquellos que torturaron su cerebro con los mandamientos y las sagradas escrituras cometer las peores miserias del ser humano. Los ve sentados en la mesa del poder, decidiendo y hostigando a quiénes dirigen las naciones, peleando por poder. Ejemplos? Sobran. Hoy uno de ellos es juzgado por abusar de aquellos niños que buscaron en él la protección de un referente, de un guía. Ojalá la justicia del hombre llegue pronto, por si la divina se corrompe al tener que juzgar a uno de sus representantes.
Abajo, transcribo unos textos de E. Galeano de su último libro, "Espejos", que no tiene desperdicio.

Se busca

Se llama Jesús.
Lo llaman Mesías.
No tiene oficio ni residencia.
Dice ser hijo de Dios, y también dice que bajó del Cielo para incendiar el mundo.
Forajido del desierto, anda alborotando aldeas.
Lo siguen maleantes, malhechores, malvivientes.
Promete el paraíso a los miserables, a los esclavos, a los locos, a los borrachos y a las prostitutas.
Engaña al populacho sanando leprosos, multiplicando panes y peces y haciendo otras magias y hechicerías.
No respeta la autoridad romana ni la tradición judía.
Ha vivido siempre fuera de la ley.
Lleva treinta años huyendo de la sentencia de muerte que recibió al nacer.
La cruz lo espera.

Resurrección de Jesús

Según cuentan en Oaxaca, los mazatecos, Jesús fue crucificado porque hacía hablar a los pobres y a los árboles.
Y cuentan que después de mucho padecer, lo bajaron de la cruz.
Y ya estaba enterrado, durmiendo su muerte, cuando un grillo se puso a cantar.
Y el grillo lo despertó.
Y Jesús dijo que quería salirse de la muerte.
Y el grillo se lo dijo al topo, que cavó un largo camino por debajo de la tierra hasta que llegó al cajón donde lo habían metido.
Y el topo pidió ayuda al ratón, que abrió el cajón con sus dientes afilados.
Y Jesús salió.
Y con un dedo empujó la inmensa piedra que los soldados le habían puesto encima.
Y dio las gracias al grillo y al topo y al ratón, que tan buenos habían sido.
Y subió al cielo, aunque no tenía alas.
Y sobre su tumba abierta dejó la piedra inmensa flotando en el aire, con un ángel sentado encima.
Y el ángel contó todo eso a doña María, la madre de Jesús.
Y doña María no pudo aguantarse el secreto y lo comentó con sus vecinas en el mercado.
Y por ella se supo.

Fundación del infierno

Las Iglesia Católica inventó el infierno y también inventó el Diablo.
El Antiguo Testamento no mencionaba esa parrilla perpetua, ni aparecía en sus páginas este monstruo que huele a azufre, usa tridente y tiene cuernos y rabo, garras y pezuñas, patas de chivo y alas de dragón.
Pero la Iglesia se preguntó: ¿Qué será de Dios sin el Diablo? ¿Qué será del Bien sin el Mal?
Y la Iglesia comprobó que la amenaza del Infierno es más eficaz que la promesa del Cielo, y desde entonces sus doctores y santos padres nos aterrorizan anunciándonos el suplicio del fuego en los abismos donde reina el Maligno.
En el año 2007, el papa Benedicto XVI lo confirmó:
-Hay infierno. Y es eterno.

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