lunes, 26 de noviembre de 2007

Por fin! Por fin!


Querido payasito triste de la democracia caníbal. Tierno y querido sheriff. Se llenó de nubes negras tu cristiano cielo y empezó a llover, de una buena vez por todas te alcanzó la lluvia, esa finita, de la que duele. Y será difícil que vuelvas a ver el sol. Eso creo, eso quiero. Algunos de esos fantasmas recalcitrantes que te defienden y te defendieron lo seguirán haciendo. Pero esta vez deberán hacerlo desde las sombras, no tan oscuras como las que vos te dedicaste a crear, pero sombras al fin, con la triste certeza y culpa de defender y victorear a una persona juzgada y condenada, a un asesino, a un torturador, a un genocida. A alguien que despreció sin miramientos la vida y se dedicó a sembrar miedo, terror y muerte.
Te llegó la hora, ¿viste? Aunque lo intentaste de todas las maneras posibles no pudiste ocultar quién sos. Como te dije, la lluvia te llegó y te corrió todo el maquillaje que te tiraste encima cuando a los tuyos les llegó la hora. Quisiste comer y vivir bajo esa democracia que denigraste y negaste durante la época de plomo. Esa democracia que insultaste en cada una de tus fechorías en algún galpón oculto, en cada picana que aplicaste, en cada voz que callaste.
Deberás pagar tus culpas, como todos. Se te acabó la impunidad y deberás ir con los tuyos. Con los asesinos y maleantes. Todavía recuerdo cuando el pueblo te dio el horrendo placer de nombrarte intendente de Escobar y te olvidaste de tus raíces. Te dedicaste a perseguir a los asesinos, violadores, torturadores y ladrones. Te dedicaste a perseguir a los tuyos. Y en mi barrio eso se paga caro. Espero que tras las rejas te la hagan pagar lo suficientemente caro. Espero que la justicia haga honor a su nombre y pagues tus culpas en una cárcel común, en esa a la que querías mandar a todo el que no era como vos querías.
Llegó tu hora asesino, ya no podrás ocultar más la verdad.

Hoy te toca a vos, mañana será a otro y así, más temprano que tarde, uno a uno irán pagando lo que hicieron, en vida o en muerte, pero no pararemos y jamás olvidaremos.

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