jueves, 2 de julio de 2009

Cuanto odio ¿no?

La editorial de abajo demuestra, claramente, cuan imparcial son los medios de comunicación:

"¿Qué te pasa Clarín? ¿Estás nervioso?" Parece que sí, el monopolio se puede terminar.....y después......


Kirchner lo hizo
Por: Ricardo Roa (rroa@clarin.com)
Fuente: EDITOR GENERAL ADJUNTO DE CLARIN

Cristina repudió el golpe y llamó a exigir la restitución del presidente. Ese fue ayer en Santa Cruz el título principal de tapa de El periódico Austral de Rudy Ulloa, el ex chofer de Kirchner. No fue un chiste a la manera de la revista Barcelona: usó la crisis en Honduras para ocultar el derrumbe electoral del domingo.
Los Kirchner no pueden llegar tan lejos. Pero hacen cuanto pueden para construir un relato propio sobre lo que pasó. Pretenden que no perdieron. Y para eso aplican la nueva máxima K: si uno mismo gana por un voto, gana. Pero si pierde por no muchos votos, empata. Y si no hay más remedio que perder, el que pierde es otro. En este caso, el que cayó fue el PJ, no el Gobierno.
Esa es toda la línea argumental del matrimonio. Cristina incluso dijo que sacaron más votos que nadie en todo el país. Como si no hubieran perdido en los cinco distritos más grandes y la mayoría en las dos cámaras. Y Kirchner mismo derrotado por partida doble, en Buenos Aires y Santa Cruz. Nada de autocrítica. Puro intento por sacarse de encima la mochila de la debacle.
Y si no ganó en la Provincia, fue según él por culpa de los intendentes que impulsaron en paralelo sus colectoras y lo traicionaron. Los mismos a los que había forzado a jugar un papel que no querían. A poner la cara en las testimoniales. Si así se construye poder, así también se lo puede perder: los intendentes lo acompañaron pero no a costa de arriesgar su dominio territorial.
Kirchner tuvo que dejar la jefatura del PJ. Obvio: no lo habría hecho de haber ganado. Encima renunció en una seudo entrevista por TV y no ante los consejeros del partido. A lo largo de su recorrido primero desairó a los transversales, después quebró la Concertación y ahora deja una convulsión dentro del peronismo.

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