lunes, 29 de octubre de 2007

¿Y qué excusas inventarán ahora?

Todos nos acordamos de aquella pobre médica cubana que la dictadura de Fidel Castro y demás (para ser fieles a la verdad, la dictadura de Fidel Castro y la amplia mayoría del pueblo cubano) no dejaban salir del país. Volviendo a ser fieles con la realidad, digamos que no la dejaban escaparse. No recuerdo ahora su nombre, sí su caso. Malvados estos cubanos que la tenían presa del socialismo en esa pequeña isla caribeña.
Cuba divide. Siempre. Cada vez que se trata la realidad y la historia cubana las opiniones se ubican en los extremos de la mesa, irreconciliables. Están quiénes los defienden y quiénes los atacan. Pero creo yo, que más allá de las sensaciones que uno tenga sobre el gobierno de la Revolución Cubana, nadie que tenga un poco de humanidad en su ser no puede dejar de condenar el brutal y asesino bloqueo que Estados Unidos impone a esta isla, hace ya más de 40 años.
La incidencia que este bloqueo tiene sobre las posibilidades de la isla de crecer y mejorar sus deficiencias es enorme. Más aún luego de la caída del bloque socialista y el supuesto final de las ideas y del socialismo. Todo cuesta el doble, todo es cuesta arriba, para una pequeña isla que tuvo la desgracia de querer ser libre, en un continente donde si no sos aliado del imperio tenés un sólo destino, dejar de ser. Así, el brutal bloqueo sobre Cuba se cobraría vidas todos los días, de no ser por el orgullo y la valentía de todo un pueblo que no quiere, bajo ningún punto, seguir el destino de quiénes sí se han aliado al imperio. Cuba no quiere, nunca, terminar como Puerto Rico, Nicaragua, Jamaica, Belice, México, todos sus vecinos. Cuba quiere, simplemente, que la dejen ser, como ella quiera ser.
En cuanto al bloqueo ya no sirven las declaraciones simbólicas en la ONU, de una buena vez, los pueblos deben solidarizarse con la isla y evitar casos como el que Pascual Serrano explicita en la siguiente nota publicada en rebelion.org:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=58280

Para despedirme tomo prestado un saludo del subcomandante Marcos.

Salud y que, en las sumas y restas, gane el mañana.

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